El Pinsapo es un abeto mediterráneo que habita las umbrías de las serranías de Ronda y Grazalema, donde encontramos ejemplares de hasta 300 años de antigüedad. Se trata de una rareza botánica, ejemplo de tenacidad y resistencia frente a todos los elementos. Mediterráneo es la palabra que define a este vino. De capa media y lágrima viva.
En nariz destaca el licor de cereza picota, con un toque especiado y fondo salino. Sorprende su entrada en boca, vertical y completa. A su paso nos deja un cosquilleo al final de la lengua que nos invita a seguir bebiendo. Sin duda alguna, este es el vino que pondría en mi boda. Se disfruta muy bien con una amplia variedad de quesos, carnes rojas y ensaladas. En alguna ocasión, resulta ser buena pareja de baile de chocolates y otros postres.